“Errar es humano, perdonar es divino” la frase de Alexander Pope es un buen punto de partida para comprender las grandes posibilidades que puede ofrecernos el cometer errores. Pope dice que errar es parte inherente de nuestra condición humana (de momento dejemos de lado la parte divina). No dice que sea bueno o que sea malo; simplemente dice que es propio de nuestra naturaleza cometer errores. Así que podemos estar tranquilos, cometer errores es algo natural para todos nosotros.

Pero sucede a menudo que no lo queremos asumir. Lo negamos, lo ocultamos, lo justificamos, lo camuflamos o intentamos pasárselo a otro. Como si fuese yo el único que los cometiese o, peor aún, como si fuese un apestado por cometerlos. Esto sucede por algo muy sencillo de comprender: el paradigma premio – castigo en el que fuimos educados desde muy pequeños. Nos enseñaron que el error es malo y nos castigaban por ello.

Cuando actuamos así estamos negando nuestra condición pretendiendo ser algo que no somos, esquivando nuestra responsabilidad y desperdiciando oportunidades maravillosas. Mi error, como parte natural de mi existencia, me da la oportunidad de verme en él cómo en un espejo, ofreciéndome la posibilidad de mejorar mi propia versión.

A través de él puedo observarme y aprender. Puedo desmenuzar el evento que contiene ese error y chequear qué distracciones hubo para que se produjera, qué lagunas de conocimiento se evidenciaron para llegar a él y muchos otros datos que pueden impulsarme al desarrollo, al crecimiento.

Cuando frente a mí mismo, sin emitir juicio alguno, soy capaz de verme en el error aceptándolo con valentía, y acto seguido, narrarle a mi mente cómo hubiera sido la secuencia vivida de manera adecuada, de manera fecunda; estaré generando nuevas conexiones neuronales, o sea nuevas posibilidades, nuevas respuestas, nuevos inshigts. De esta manera podremos honrar el error cometido utilizándolo a favor de nuestro proceso auto-educativo, no permitiendo que se haya producido en vano. Entonces podremos decir que errar… es divino.