Poseer habilidades blandas no es fruto de la casualidad. Es más bien el resultado de un trabajo concreto y de una dedicación constante, de entrenamiento y de esfuerzos orientados en la dirección correcta. Son raras excepciones aquellos que las traen desde la cuna, el resto, la grandísima mayoría, las vamos cultivando con empeño y dedicación. Y también con ayuda: un entrenador que domine este arte, que conozca la ruta a seguir para conquistarlas gradualmente.

Es importante recordar que las Soft Skills son funciones que pertenecen a la esfera de las emociones (cerebro límbico/emocional) y que no pueden ser adquiridas ni desarrolladas mediante el lenguaje del intelecto. Sencillamente porque el intelecto y las emociones hablan lenguajes diferentes. Las habilidades blandas se adquieren aprendiendo un lenguaje nuevo, entrando en una dimensión nueva.

El intelecto solo nos servirá para ofrecernos una visión teórica del tema (algo muy importante y necesario); pero solo este conocimiento no será suficiente; no nos proporcionará la capacidad de actuar adecuadamente en el momento requerido, cuando estemos en el campo de juego de las relaciones. Por ello, la intervención intelectual en el campo de las habilidades blandas tiene un lugar secundario, no protagonista.

Esta nueva dimensión, infinitamente más amplia y rica que la del saber intelectual (almacenamiento, organización y comparación de datos), es la dimensión del corazón y de su lenguaje. Un lenguaje que debe ser descubierto poco a poco, que se aprende con la ayuda de quien ya, al menos en parte, lo domina y que se entrena continuamente, durante una vida entera.

A diferencia del saber intelectual, que para adquirirlo no exige compromiso interior alguno, -salvo horas de hincar los codos- el lenguaje del corazón nos confronta, nos pone continuamente frente a un espejo, nos invita a asumir toda nuestra responsabilidad y a dejar de mirar para otro lado ante nuestros propios errores. Nos propone mirarnos dentro e investigar ese inmenso mundo personal desconocido.

Solo cumpliendo este proceso podremos verdaderamente conocer y utilizar este lenguaje, disfrutar de su enorme riqueza, tanto para la vida laboral como para la vida personal de cada uno de nosotr@s, y sobre todo, podremos influenciar adecuadamente nuestro entorno relacional.